Estas palabras, que hoy recobran todo su sentido, fueron escritas sobre el año 176 d.C., por el emperador y filósofo romano “Marco Aurelio” (recogidas en el Libro XI de su obra “Meditaciones”), y quiero dedicárselas a los vecinos de la Fuente del Pino.
Se las dedico porque pienso que, del tronco de su pedanía, han nacido muchas ramas que hoy dan sombra, cobijo y seguridad a todos cuantos nos acercamos a sus fiestas. Estas ramas son los hombres y mujeres que participan en el trabajo arduo y pesado de la elaboración de estas fiestas, que hoy celebramos, y que acertadamente, han ido brotando, de forma natural, de la sabia que mantiene este árbol centenario. No son esquejes que brotan de un injerto, más bien, son ramas que unen y completan.
Es por ello, que le pido al Pedáneo que cuide con mimo a este árbol, que representa la Asociación de Vecinos, que lo abone y lo riegue, que lo escarde y lo labre, y que si es menester, le pode alguna rama. Pero sobre todo, que cada año, por el mes de mayo, pueda recoger la cosecha, una cosecha que no es otra que la de invitar a todo el pueblo de Jumilla a celebrar las Fiestas de la Virgen del Rosario, en La Fuente del Pino.
De igual modo, saludo a todos los vecinos de la Pedanía de La Fuente del Pino y les deseo que pasen unas felices Fiestas de Mayo.
