27 de febrero de 2011

Mi amigo es daltónico

Nació junto al mar azul y con las palmeras verdes asomadas a su ventana, mi amigo el daltónico, nació en Alicante, donde los colores, tienen, más importancia que en cualquier otra parte del mundo. Según él, en la millor terreta del món, es preciso distinguir el rojo del negro de las teselas, para saber que estas en la explanada de España, al igual que necesitas distinguir el azul del verde para que nadie te tome por herculano, si en lo deportivo te sientes ilicitano.

Mi amigo es terco como una mula, y cabezón como él solo, se enfada con todo el mundo cuando le llevan la contraria y no concibe que los demás, no distingamos los colores como él los ve, quiere convencernos a toda costa de su razón, sin llegar a entender que los matices, la luminosidad y las sombras, pueden hacer que un mismo objeto parezca distinto a nuestros ojos según el sitio y la hora en el que lo observamos.

Desconozco si en Alicante hay muchos daltónicos o son una minoría, y mucho menos puedo tener conocimiento sobre si dentro de este grupo hay más, que confundan el rojo con el verde, de los que confunden el azul con el rojo, pero sí me aventuro a decir que son personas que tienen la posibilidad de apreciar más matices violetas y cuyo problema es hereditario, nada que ver con mi amigo, que él solo decidió afiliarse al daltónismo, como si de un partido político se tratase.