13 de febrero de 2012

De súbdito a caballo sólo cambia el forraje

A tan sólo dos años de aprobarse la primera constitución liberal de España, aprobada por las Cortes de Cádiz el 19 de Marzo de 1812 y conocida por la población española con el sobrenombre de "La pepa", se produjo el regreso al trono de España de Fernando VII, retenido en Francia por Napoleón mientras duró el reinado de su hermano José I Bonaparte. De todos es sabido que para expulsarlo se libró una cruenta guerra que dejó al país en una situación critica económicamente, esta, unida al deterioro con las colonias americanas, situaba a España en una situación de quiebra.

Los españoles, deseosos de salir de tan angustiosa crisis, encontraron en el monarca exiliado la esperanza para salir de su penosa situación, pero tanto lo aclamaron y vitorearon en su regreso a España, que llegaron a desenganchar los caballos de la carroza que lo traía para ponerse en el lugar de los caballos. Los españoles, pasaron en tan sólo unos días, de ser ciudadanos en virtud de la Constitución de 1812, a ser súbditos del rey Fernando VII. El rey, a los pocos días de sentarse en el trono y ensalzado por una corte aduladora, abolió la Constitución de 1812, comenzando así el sexenio Absolutista, "El absolutismo".

Hoy, cuando está próxima la celebración del doscientos aniversario de la Constitución liberal de 1812, muchas circunstancias se repiten, como sí la vida, fuese un ciclo histórico, las mayorías absolutas de los gobiernos elegidos democráticamente, reinan en toda España, la crisis azota a los españoles, y se aclaman a los gobernantes como salvadores. Por ello se hace preciso recordar, que si algún ciudadano, sea juez o parte, se siente tentado a la adulación, en lugar de a una acción responsable, sepa, que podrá compartir el pesebre con un gobierno absoluto, pero que no olvide nunca, que de súbdito a caballo sólo cambia el forraje.

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