Nunca un demócrata debe poner en duda, que la participación ciudadana se sostiene por las personas, sean aquellas, de la clase social que sean, de cualquier raza o religión, sin importar el lugar de nacimiento que hayan tenido. Considero importante que sepamos valorar a las personas, por lo que valen, y no, por lo que subjetivamente, pensemos nosotros que valen.
Por ello, un músico, un agricultor, un ingeniero, un ordenanza, una ama de casa o un gitano, pueden ser buenos alcaldes, siempre qué, como personas estén perfectamente preparadas para ocupar el cargo al que se presentan. A menudo, los electores nos dejamos llevar justo a la inversa, de lo que expresa mi titulo, y absurdamente admitimos, que una persona puede ser alcalde, porque es medico, profesor, abogado o arquitecto. Sin darnos cuenta que posiblemente, no esté preparado para realizar este trabajo.
Hagamos los experimentos con gaseosa, valoremos a las personas, valoremos su trayectoria, su valía, su trabajo y sobre todo su preparación para gobernar y administrar nuestros intereses públicos, durante los próximos cuatro años. Porque un alcalde tiene que gobernar por todos y para todos, por ello un Gitano, sí puede ser Alcalde, pero un Alcalde no puede ser un "gitano".
Y un fraile, ¿puede ser alcalde?.
ResponderEliminarSiempre que esté bien preparado, sí.
ResponderEliminarOtra cosa distinta, es que el fraile tope con la Iglesia, pero eso es otro cantar, querido Anselmo.